Hay que acudir al podólogo cuando nos alarme algo de nuestros pies. Cuando tengamos un dolor, una infección, una uña encarnada, un dolor plantar. En definitiva, cualquier síntoma doloroso en el pie. Lo importante es que el podólogo conozca la causa de la dolencia del pie lo antes posible para tratarla y evitar que derive en un problema mayor.
Siempre es aconsejable una revisión anual de los pies con el podólogo, a todas las edades (al igual que lo hacemos con otras especialidades: dentista, oculista) aunque no haya ninguna molestia, simplemente para confirmar que todo está bien y aclarar las dudas que se tengan sobre el cuidado de los pies. El podólogo le guiará en el auto cuidado de los pies y dará las respuestas a preguntas tales como "¿Cuál es el calzado más adecuado para mi?" así como cualquier otra cuestión relacionada con la salud y cuidado de los pies.
Todos, cualquier persona a cualquier edad. En los niños vamos a poder detectar y tratar las deformaciones. En la edad adulta y, por supuesto, en las personas mayores, que ya padecen de las deformaciones y patologías instauradas en el tiempo.
Toda la callosidad se elimina normalmente en una sola sesión, y al salir de la consulta, puedes caminar con toda normalidad con la sensación de bienestar al haberse eliminado todo aquello que te dolía. Las técnicas de quiropodia que se aplican son totalmente indoloras.
Alguna vez, y en casos de callos o helomas profundos, se puede notar una ligera molestia durante los primeros días, debido a la inflamación normal del tejido.
Tu podólogo te informará de todos los detalles de los tratamientos y contestará todas tus preguntas relacionadas con la salud de tus pies.
El conjunto de técnicas manuales de podología empleadas para tratar las dolencias que afectan a los pies. Se trata de eliminar y reducir las durezas y piel seca de los pies así como ofrecer un corte terapéutico de las uñas para evitar que se claven. Tu podólogo te informará y contestará a todas tus dudas.
Los callos o helomas son un cúmulo de células del estrato córneo de la piel. Inicialmente se producen como mecanismo de defensa para protegernos de una zona de hiperpresión o de un roce continuado con el zapato, pero con el paso del tiempo se convierten en un agente agresor para nuestro cuerpo. Acude al podólogo para obtener el mejor tratamiento correctivo
La uña encarnada es un proceso muy doloroso en el que la uña del pie crece hacia el interior de la carne del borde de la uña, provocando dolores, inflamación y en ocasiones la infección de los pliegues ungueales. Los podólogos resuelven esta dolencia de diferentes maneras, incluso la cirugía con anestesia local. Consúltalos.
La onicomicosis son las las infecciones en las uñas causadas por un hongo. No solamente es un problema estético sino que afecta a la salud y la calidad de vida de los pacientes que la padecen. El podólogo es el especialista de los pies y será quien devuelva la salud al paciente.
Ante la aparición de engrosamientos de la uña, opacidades, roturas incontroladas y formación de polvo debajo de la uña, habría que sospechar de la existencia de hongos.
Para despejar las dudas se realizan cultivos mediante laboratorio para analizar las muestras y obtener el resultado.
Pie de atleta es la infección por hongos que afecta a la planta del pie y a los dedos y zonas interdigitales de los dedos. Hay una serie de signos y síntomas que nos hacen sospechar de la presencia de pie de atleta: Mal olor, escozor o picor intenso, pequeñas ampollas, grietas o descamación de la piel entre los dedos. Consulta con tu podólogo.
Las verrugas plantares son lesiones cutáneas benignas y dolorosas causadas por un virus que aparecen habitualmente en zonas de presión de la planta de los pies. Son de color blanquecino y normalmente tienen un aspecto rugoso. En algunos casos se llegan a ver unos puntitos negros que le caracterizan, y cursa con dolor. Habitualmente aparecen en los mas jóvenes después de los meses de verano.
El tratamiento se realiza en consulta de un podólogo y puede requerir de varias sesiones.
La exploración biomecánica consiste en una valoración del paciente, de sus estructuras (segmentos óseos, musculatura, articulaciones…), de su postura tanto en descarga (tumbado), semicarga (sentado), o carga (de pie) y de sus movimientos.